Los mejores after sun se han vuelto un básico en mi neceser de verano. El verano se asoma y, como siempre, arranca esa especie de ritual que llevamos grabado a fuego desde pequeños: preparar el neceser playero. Y claro, no faltan las cremas solares, las gafas, el pareo que nunca usamos… y el after sun. Ese gran olvidado que, cuando lo usas bien, te cambia el juego completamente.
Yo siempre he sido de las que se esconden bajo la sombrilla (modo vampiro activado), pero entre la sal, la arena y el calor, la piel acaba pidiendo socorro. Desde pequeña tengo ese recuerdo de después de la ducha, el bote azul claro de Nivea en la mano de mi madre, y ese olor tan típico que me transporta directamente a las vacaciones. Si eres de mi quinta, seguro que sabes a qué me refiero.
Ahora con mi hija no puedo repetir esa misma historia, porque tiene dermatitis atópica y la cosa se complica. No le puedo poner cualquier cosa. Pero intento usar siempre el mismo after sun, para que también le quede grabado ese recuerdo. Como a mí. Porque más allá de lo cosmético, hay algo emocional ahí.
¿Para qué sirve realmente un after sun?
No es solo una crema hidratante cualquiera. No. El after sun está pensado para reparar, calmar e hidratar la piel que ha estado expuesta al sol. Y no, no vale decir «yo no me quemo» o «yo no tomo tanto el sol», porque incluso en la sombra (hola, soy yo), el agua del mar y el aire caliente te dejan la piel como una lija.
Y no, tampoco vale usar tu body milk de siempre. Los after sun llevan ingredientes pensados para regenerar la piel, como aloe vera, pantenol, ácido hialurónico o vitamina E. Hay algunos con efecto frío, otros con brillo, e incluso con activos que ayudan a prolongar el bronceado.
¿Cuál es el mejor after sun que he probado?
Aquí voy a ser muy directa: hay algunos que me han conquistado y otros que he tirado a la basura (literalmente). Te cuento mis top y por qué:
El Posthelios de La Roche-Posay es un seguro de vida si tienes la piel sensible. Es muy ligero, se absorbe rápido y deja la piel con una sensación de frescor brutal. Lo empecé a usar por recomendación del pediatra para mi hija y terminé robándoselo.

Otro clásico que nunca falla es el Banana Boat Aloe Vera Gel. Es el típico after sun gel que huele a verano y funciona. Súper calmante, refrescante y con una textura que apetece ponerte incluso sin haber tomado el sol.
Otro clásico que nunca falla es el Banana Boat Aloe Vera Gel. Es el típico after sun gel que huele a verano y funciona. Súper calmante, refrescante y con una textura que apetece ponerte incluso sin haber tomado el sol. Además, su bote no pasa desapercibido: parece una de esas botellas de lejía de antes, de las que tenía mi madre en casa. Entre lo visual y lo efectivo, te gana por nostalgia y resultados.

Y si hablamos de brillar (literalmente), el Byrokko After Sun es ideal. Tiene efecto glow sin parecer una bola de discoteca. Además, está lleno de ingredientes naturales y huele de escándalo. La única pega: no siempre está disponible, y cuando se agota cuesta encontrarlo. Pero si lo pillas, no lo sueltes.

¿After sun con aloe vera? Siempre, gracias
De todos los ingredientes que he probado, el aloe vera es sin duda mi preferido. Sirve para todo: hidrata, repara, calma, y si te has pasado de lista con el sol, evita que la piel se pele. Por eso muchos de los mejores after sun que vas a ver en rankings y blogs (como los de Vogue, Primor o Perfume’s Club) lo incluyen como ingrediente principal.
Pero ojo: no todos los geles de aloe son iguales. Si puedes, busca uno que tenga aloe vera puro al 90% o más. El resto es marketing.
Piel sensible y dermatitis: que no te vendan cualquier cosa
Aquí me pongo seria. Si tienes la piel sensible, no compres por impulso. Huye de los after sun con perfumes fuertes, alcohol o colorantes. La piel ya viene bastante agredida por el sol como para darle más guerra.
A mí me ha pasado con mi hija: cualquier cosita le da reacción. Por eso en casa usamos solo dos o tres opciones que sabemos que no fallan, como el Posthelios, el de Avène o el de SVR. Cuestan un poco más, sí, pero te ahorras dramas.
¿Conclusión? Úsalo todos los días (no solo cuando te quemas)
La clave está en la constancia. Aunque no te hayas quemado. Aunque no tomes el sol directo. Un buen after sun puede ser el paso que marque la diferencia entre una piel apagada o una piel sana, bonita y con memoria feliz (porque los olores, amiga, también cuentan historias).
Para mí es un imprescindible. Tanto como el protector solar. Porque el after sun no es un “por si acaso”, es parte del cuidado. Y si encima encuentras uno que te gusta, que te recuerda a los veranos de tu infancia, que huele a vacaciones o que deja la piel como nueva… entonces ya no lo dejas. Nunca.
Y si después de este paseo por los mejores after sun ya sabes cuál necesitas, te dejo también por aquí mis cremas de protección solar favoritas:
– Las mejores cremas solares para la cara
– Las mejores cremas solares para el cuerpoPorque sí, el after sun es clave… pero si eliges bien desde el principio, lo vas a necesitar mucho menos.
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