Factores de crecimiento en cosmética: el ingrediente que está cambiando el skincare
Hay ingredientes en cosmética que aparecen y desaparecen en cuestión de meses. Otros, en cambio, se quedan porque realmente funcionan. Los factores de crecimiento no son solo una tendencia, han llegado para quedarse. No se habla tanto de ellos como del retinol o la niacinamida, pero cada vez están más presentes en cremas y sueros, sobre todo en productos antiedad. ¿El motivo? Son proteínas naturales que ya existen en nuestra piel y que tienen un papel clave en la regeneración celular.
Cómo se descubrieron los factores de crecimiento y su llegada a la cosmética
Antes de llegar a las cremas, los factores de crecimiento se usaban en medicina. En 1986, Rita Levi-Montalcini y Stanley Cohen recibieron el Premio Nobel por descubrir el factor de crecimiento epidérmico (EGF), una proteína clave en la regeneración celular. Desde entonces, su uso en medicina ha sido clave para acelerar la cicatrización y mejorar la regeneración de la piel.
Los primeros en aprovechar su potencial fueron los tratamientos estéticos: se usaban en plasma rico en plaquetas (PRP) para regenerar la piel tras procedimientos como el láser o los peelings profundos. Fue después cuando las marcas de dermocosmética encontraron la forma de incluir versiones biotecnológicas de estos factores en cremas y sueros para el día a día.
¿Qué son los factores de crecimiento y por qué están en la cosmética?
Aquí no hay misterio. El cuerpo produce de forma natural factores de crecimiento epidérmico (EGF), fibroblástico (FGF) y plaquetario (PRP), entre otros. Estas proteínas se encargan de que las células de la piel se mantengan activas, reparen daños y produzcan más colágeno y elastina. El problema es que, con la edad, esta producción se ralentiza. Ahí es donde entra la cosmética.
Gracias a la biotecnología, ahora se pueden crear en laboratorio y añadir a fórmulas cosméticas. No es magia, es ciencia: estos activos despiertan las células de la piel, ayudando a reducir arrugas, mejorar la firmeza y dar ese efecto de piel jugosa que todas buscamos.
Beneficios de los factores de crecimiento en cosmética : más allá de las arrugas
Cuando los incluí en mi rutina, no esperaba un cambio drástico. Había leído maravillas, pero hasta que los probé, no entendí realmente lo que podían hacer por mi piel.
Los beneficios más evidentes:
- Piel más firme: porque aumentan la producción de colágeno.
- Menos arrugas y líneas de expresión: porque estimulan la regeneración.
- Mejor textura y luminosidad: porque aceleran la renovación celular.
- Reducción de manchas: porque ayudan a reparar el daño solar y la hiperpigmentación.
Tipos de factores de crecimiento: ¿cuál es mejor?
En los productos cosméticos, los más usados son tres:
- Factor de crecimiento epidérmico (EGF): Ideal para regenerar y mejorar la textura.
- Factor de crecimiento fibroblástico (FGF): Potente en la producción de colágeno y elastina.
- Factor de crecimiento plaquetario (PRP): Usado en medicina estética por su alto poder de reparación.
Algunos productos combinan varios para maximizar sus efectos.
Cómo usarlos en la rutina facial
No hay reglas fijas, pero si los usas en sérums o cremas ligeras, notarás que penetran mucho mejor. Por la noche, cuando la piel se regenera, es el momento ideal. Yo los aplico después de la limpieza y antes de la hidratante. Se pueden combinar con ácido hialurónico, ceramidas o incluso retinol, siempre que no irriten la piel.
Esto no es un filtro de Instagram. No rellenan arrugas de la noche a la mañana, pero con el tiempo, la piel se vuelve más firme y uniforme. Estudios dermatológicos han demostrado su capacidad para aumentar la densidad y firmeza cutánea. Lo importante es la constancia: los efectos se notan con el uso continuo.
Estudio sobre los efectos del EGF en la regeneración cutánea:
Fuente científica
Investigación sobre PRP en rejuvenecimiento facial:
Fuente científica
Mejores productos con factores de crecimiento
Si te animas a probarlos, asegúrate de elegir fórmulas bien formuladas y con concentraciones que realmente funcionen. Estos tres sueros con EGF están entre los mejores del mercado. Cada uno tiene lo suyo, así que te cuento un poco sobre ellos de forma rápida y clara:
Sueros con EGF y FGF: ideales para potenciar la regeneración nocturna.
BIOEFFECT EGF Serum
Este es de los más conocidos y con razón. Contiene EGF derivado de cebada y ayuda a regenerar la piel, reducir arrugas y mejorar la firmeza. Su fórmula es súper limpia, sin siliconas ni fragancias, ideal para pieles sensibles. ¿El problema? Es caro, pero quienes lo prueban suelen decir que merece la pena.
HARUHARU Wonder Black Rice Hyaluronic Botanical Ampoule
Un suero coreano con EGF, FGF y extracto de arroz negro fermentado. Hidrata muchísimo y deja la piel con un brillo saludable sin ser pesado. Es más asequible que el de BIOEFFECT y gusta mucho por su textura ligera y lo bien que se absorbe.
The Ordinary GF 15% Solution
Para mí, este es el mejor. Tiene un 15% de factores de crecimiento que ayudan a mejorar la firmeza, reducir líneas finas y darle un extra de vida a la piel. Y lo mejor de todo: es efectivo, un buen producto y mucho más económico que otras opciones. Eso sí, en Amazon casi nunca está disponible, pero puedes encontrarlo tranquilamente en Sephora o en Primor.
¿Son seguros y efectivos? Opinión y evidencia científica
Sí, son seguros. La cosmética usa versiones biotecnológicas, sin riesgo de rechazo o alergias. Además, no alteran la piel como otros ingredientes más agresivos. ¿Efectivos? Sí, pero con expectativas realistas. Funcionan en la regeneración y mejora de la piel, pero no sustituyen tratamientos médico-estéticos más invasivos.
En mi experiencia, son un básico si buscas una piel más firme, luminosa y sana. No es un boom pasajero, sino una tecnología que ha llegado para quedarse.
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